ENCANTAMIENTO propone vislumbrar el momento en que Colon o los conquistadores pisaron suelo extranjero/extraño/nuevo/virgen. Y preguntarnos: ¿Qué vieron, que encontraron?  ¿Qué paso para que la idea del trueque los sumergiera a tanta sevicia? ¿que fuimos o que perdimos?, ¿en qué nos hemos convertido? ¿seguimos bajo el efecto del señuelo del espejo? Si bien la llegada de los conquistadores fue un hecho absorbente, sagaz y comprometido con el reclamo de un necesario diálogo entre las diversas culturas; también esta llegada traduce un drama que fijaría los patrones de toda la historia del colonialismo que pasaría a enunciarnos desde aspectos de-coloniales. Esta serie de pinturas están basadas en la revisión de imágenes de archivo y recogiendo las palabras de Suely Rolnik, estoy frente a un archivo escrito por otros y desde temáticas basadas en el relato, a lo cual apunta:   Dicha asociación se inscribe en la memoria inmaterial del cuerpo: es la memoria física y afectiva de las sensaciones de dolor, miedo y humillación (distinta aunque indisociable de la memoria de la percepción de las formas y de los hechos, con sus respectivas representaciones y las narrativas que las enlazan). (Furor de archivo, 120).

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Desde ahí construye una serie de imágenes que rondan desde lo hipotético y lo sígnico para decir que todo lo encontrado no eran más que “costumbres a las que no estaba acostumbrado el llamado conquistador” y serían actos normales para los indígenas o nativos, pero extraños para los demás. Le resulta a su vez inquietante construir estos imaginarios simbólicos. Los conquistadores: ¿será que confundieron las costumbres y las asociaron con prácticas terroríficas y de dolor?, o ¿será más bien un juego estratégico de los que construyeron las memorias?. Le interesa poner al espectador a que se cuestione y resuelva inquietudes desde su mirada. Que estamos frente a representaciones que no escapan o difieren de nuestra contemporaneidad estéticamente representacional y relacional.